lunes, 3 de mayo de 2010

Traumatismo Craneoencefálico y Neurorehabilitación

La asociación nacional de traumatismo craneoencefálico de los Estados Unidos de America (1), define al traumatismo craneoencefálico como una lesión al cerebro causada por una fuerza física externa, que puede provocar un estado alterado o disminuido de conciencia, que resulta en limitación de las habilidades cognitivas o del funcionamiento físico. Puede también resultar en alteraciones del funcionamiento conductual o emocional. Esto puede ser temporal o permanente y causar una discapacidad física o psicológica, las cuales pueden ser temporales o permanentes.



Los TCE representan la primera causa de mortalidad entre la población menor de 45 años de edad. Los avances tecnológicos y científicos en el conocimiento de esta patología han hecho posible que se otorgue una mejor atención a estos pacientes minimizando la taza de mortalidad. Sin embargo, la supervivencia de estos casos, se traduce en un mayor número de pacientes con secuelas neurológicas, lo cual convierte al TCE como uno de los más graves problemas de salud de las sociedades desarrolladas. (2).


Los cambios más comúnmente observados tras un traumatismo craneoencefálico son:


Cambios en el estado de conciencia

Cambios motores

Cambios en las funciones neuropsicológicas. (lenguaje, memoria, atención, conducta)




En la actualidad se sabe que el cerebro humano posee la capacidad de reorganizarse después de haber sufrido una lesión. Se da primero una recuperación espontánea, pero lo más importante para la práctica médica, es que actualmente tenemos la certeza de que esta capacidad de cambio puede ser estimulada en los pacientes a través del entrenamiento dirigido en un ambiente propicio. (3)


Algunos de los principios elementales a considerar durante el proceso de neurorehabilitación de estos pacientes, están aquellos que favorecen la neuroplasticidad (3): actividades dirigidas a un fin determinado, tareas que motiven los intereses del paciente, repetición de conductas, reforzamiento positivo, retroalimentación en relación a la ejecución de la tarea, fuerza adecuada del estímulo, progresión en grado de dificultad, integración multisensorial durante la realización de las tareas.





Bibliografía

1. National Brain Injury Association, (1999), http:www,biausa.org.
2.
Ariza González M , Pueyo Benito R y Serra Grabulosa JM , Secuelas neuropsicológicas de los traumatismos craneoencefálicos, anales de psicología

2004; 20, (2): 303-316.

3. Umphred D.A. (2001) Neurological Rehabilitation, Mosby, EUA

jueves, 22 de abril de 2010

Discapacidad: Una visión diferente

Como profesionista del la salud, me cuestiono todos los días, me cuestiono acerca de los pacientes que recibo, me cuestiono de la estrategia que debo utilizar, me cuestiono de qué manera puedo acercar al ser humano que tengo frente a mí a lo que consideramos “ la normalidad”.
Al realizar un trabajo de la maestría que curso, me encontré con Oliver Sacks, quizá todos lo conocemos a través de la película Despertares. Tanto en esa película, como en sus relatos, refleja, en mi opinión, la parte humana del médico, que es capaz de ver al paciente en su integridad y dignidad de persona. El caso Rebeca, me movió a cuestionarme nuevamente: ¿Qué buscamos al rehabilitar? La discapacidad nos habla y refleja sólo el defecto, o a través de ella encontramos una faceta más de la diversidad del ser humano. A continuación presento el resumen del caso y lo dejo para reflexión de todos aquellos que estamos inmersos en el mundo de la rehabilitación.


Rebeca
Oliver Sacks presenta a Rebeca como una paciente joven de diecinueve años de edad, llegada a su clínica para ser valorada y atendida. Rebeca padecía una fisura palatina parcial, y una serie de características físicas secundarias a una condición congénita responsable, además, de los déficits mentales y cerebrales que presentaba.
Rebeca había creado un gran vínculo afectivo con su abuela, quien la describía, en muchos sentidos, como a una niña incapaz de realizar funciones básicas de la vida cotidiana de manera independiente. Al mismo tiempo la misma abuela resaltaba el gusto de Rebeca por los relatos, los cuentos y la poesía.
La primera vez que el Dr. Sacks la vio pudo identificar inmediatamente en ella una serie de trastornos neurológicos: apraxias, agnosias, trastornos sensoriomotores limitaciones conceptuales, y edad intelectual de ocho años.
Volvió a verla en una segunda ocasión tras la visita a la clínica, esta vez sentada en la banca de un parque. Descubrió en ella una faceta que los estudios neuropsicológicos habituales no le habían mostrado.
Se admiró al descubrir un ser integrado, en paz, capaz de hablar el lenguaje del sentimiento, de seguir las metáforas y los símbolos, ella amaba las imágenes. La reconoció como a una especie de poeta natural. Una “retrasada” con una capacidad poética inesperada y conmovedora. Pudo percibir como Rebeca, superficialmente, se sentía lisiada, pero espiritualmente era un ser pleno y completo.
Sacks reflexionó acerca de las pruebas neuropsicológicas y de cómo estas arrojaban una serie de defectos e incapacidades, pero eran incapaces de mostrar las potencialidades y aciertos del mismo ser humano en otras áreas de su vida. Cita al libro del Eclesiastés en su hermosa poesía relacionada al tiempo, y a través de esta comparación logra captar las dos visiones de una misma Rebeca.


Rebeca era completa como ser “narrativo”, para Sacks eso era lo importante, incluso afirma que gracias a esta revelación pudo siempre ver de esta manera al resto de sus pacientes .


Lo revelador del caso de Rebeca fue descubrir como a pesar de los intentos fallidos por participar obligatoriamente en talleres y clases, enfocados a corregir sus defectos, Rebeca encontró en el teatro la posibilidad de explotar su potencial como ser narrativo, capacidad invisible a los ojos de expertos cuyo único interés se centraba en la defectología. Para ella el teatro representaba esa alfombra que alguna vez miró y sobre la cual reflexionó comparándose en esta a sí misma: “necesito, como la alfombra, un dibujo que me guíe”.

Bibliografía


Sacks, O. (2002) El hombre que confundió a su mujer con un sombrero Barcelona: Anagrama

martes, 27 de enero de 2009

La Postura

Por Ma. Isabel Heredia López


Introducción

La posibilidad que tiene el ser humano para trasladarse, explorar el medio ambiente, adaptarse a él para luego transformarlo en su propio beneficio no sería posible sin la verticalidad, la bipedestación, el movimiento.

La posición erecta del ser humano es la conquista sobre la fuerza de gravedad, que a través de miles de años el hombre ha logrado, y que lo diferencia del resto de las especies.

Esta posibilidad se ha dado gracias a la correcta organización y relación que guardan los distintos segmentos corporales entre sí, en relación al espacio y a la fuerza de gravedad. A esta organización y relación corporal la conocemos con el nombre de postura.

A continuación estudiaremos a la postura desde el punto de vista biomecánico, neurológico y emocional.

Postura

La postura es el componente obligado del movimiento al cual se asocia precediéndolo, acompañándolo y sucediéndolo. Este concepto nos hace ver que la postura, contrario a lo que se piensa, no es siempre estática, sino dinámica y cambiante.

La postura depende del tono muscular y del equilibrio.

Para Le Boulch, el tono, es el telón de fondo sobre el cual se construye el movimiento (p. 126). Bertha Bobath (p. 18), afirma que el tono deberá ser lo suficientemente bajo para permitir el movimiento, y al mismo tiempo lo suficientemente alto para permitir al individuo vencer la fuerza de gravedad y lograr así la verticalidad.

El equilibrio puede ser definido como fuerzas contrarias que se contrarrestan. En la postura humana, el equilibrio consiste en las modificaciones tónicas que los músculos elaboran a fin de garantizar la relación estable entre el eje corporal, la base de sustentación y el centro de gravedad. La meta es lograr la posición erecta.

Para Lázaro, Lázaro (Motorik 2, 2000, p. 80 -86): el equilibrio postural humano es el resultado de distintas integraciones sensorio-perceptivo-motrices que conducen, al aprendizaje en general, y al aprendizaje propio de la especie humana en particular.

La capacidad de generar respuestas antigravitacionales, tanto estáticas como dinámicas, es la condición esencial para la adaptación gradual del ser humano a su medio ambiente, para lo cual es necesario el control postural. La fuerza de gravedad representa el componente medio ambiental mayormente responsable de la adaptación postural.

El equilibrio postural humano se da en relación al espacio, tanto interno como externo y depende de la integración de tres sistemas sensoriales que son:

· El sensorial profundo o propioceptivo

· El vestibular

· El visual

El trabajo conjunto de estos tres sistemas informa al cerebro acerca de los cambios o ajustes necesarios que el cuerpo ha hecho o debe hacer para adaptarse y responder a las demandas que el medio ambiente le exige.

Sabemos que los propioceptores son receptores que se encargan de la sensibilidad profunda de los músculos e informan al cerebro acerca del tono muscular, movimientos corporales y equilibrio. Se localizan en el músculo, tendón y articulaciones.

El sistema vestibular a su vez se encarga de registrar e informar al cerebro acerca de los cambios de posición de la cabeza en relación al cuerpo y al espacio, por lo tanto tiene que ver con la estabilización horizontal de la cabeza y de las imágenes retinianas, con la formación de la sensación de orientación espacial y con el mantenimiento del equilibrio corporal reflejo en reposo y movimiento.

El sistema vestibular esta contenido dentro del oído interno y formado por el vestíbulo dentro del cual se distinguen dos estructuras:

· el utrículo y el sáculo en donde se localizan la mácula y los otolitos, receptores altamente sensibles a los cambios de gravedad.

· los canales semicirculares, son tres, orientados en los tres planos del espacio y que contienen estructuras encargadas de transmitir información al cerebro de los cambios de orientación de la cabeza.

El sistema visual, cuya función es mantener los ojos en la horizontal y en coordinación con los movimientos de la cabeza, de esta manera orienta al cuerpo en el espacio a través de las imágenes que el ojo registra y envía al cerebro.

La suma de las percepciones propioceptivas, vestibulares y visuales permiten al cerebro anticipar (feedfoward) o corregir (feedback), los ajustes necesarios para que el cuerpo sea capaz de adaptarse a las necesidades que el medio le presenta. Esta información permite regular el tono muscular, la longitud del paso, la fuerza aplicada para mover un objeto, la altura de elevación de una pierna para subir un escalón, la reacción de defensa o equilibrio necesaria para evitar una caída, así como registrar cambios en el terreno sobre el cual se camina.

Umphred Darcy A. (p. 623.624.6259), habla de las reacciones fundamentales para el mantenimiento de la postura, estas se expresan en componentes motores que guardan el equilibrio, entre estas encontramos las siguientes:

· Reflejos de enderezamiento y equilibrio. Estabilizan la mirada y el cuerpo.

· Respuestas posturales automáticas. Buscan mantener el centro de gravedad sobre la base de sustentación.

· Reacciones posturales anticipatorias: Ocurren antes del desequilibrio, al predecirse una posible pérdida de la estabilidad.

· Movimientos Posturales Voluntarios: Estos suceden ante una actividad deseada o planeada como alcanzar un objeto para lo cual se necesita transferir el centro de gravedad.

La postura garantiza pues el desarrollo del ser humano quien en sus primeros años de vida logra conquistar la fuerza de gravedad para acceder a la postura erecta, bípeda que le da la posibilidad de liberar las manos y utilizarlas para manipular, conocer y crear.

Pero la postura no sólo debe ser estudiada desde una perspectiva biomecánica, y neurológica, en ella se puede leer la influencia de la cultura, la educación y la vida emocional del individuo.

Para Wallon la postura está ligada siempre a la emoción, es decir a la exteriorización de la afectividad. Las emociones se expresan en la postura y tienen por tejido al tono muscular.

Godelieve Denys Struyf, p. (p. 18) creadora del método de cadenas musculares y articulares GDS, afirma que: “el cuerpo es lenguaje que expresa en la postura aquello que las palabras no pueden siempre expresar”.

La postura tiene un carácter personal y un gran valor expresivo representando así una forma de adaptación motriz referida al cuerpo. A través de ella podemos darnos cuenta de la eficacia de los procesos de relación entre el individuo y el medio. En los comportamientos humanos, la postura es el indicador privilegiado de la actitud afectiva fundamental.

Conclusiones

La postura es el componente obligado del movimiento, depende a su vez del equilibrio y el tono muscular. Al referirnos a ella debemos olvidarnos de la imagen estática ya que implica dinamismo, cambios y ajustes constantes dependientes de la adecuada integridad del sistema nervioso y de los tres sistemas sensoriales que la conforman: propioceptivo, vestibular y visual. Además la postura nos refleja la vida emocional del individuo, lo que le confiere a cada persona una pulsión postural marcada por el psiquismo característico de cada ser humano, y que nos refleja la vida relacional del mismo.

BIBLIOGRAFIA BASICA

Bobath, Bertha, Hemiplejia del adulto”. Ed. Panamericana SA de CV. 1989, Argentina.

Campignion, Philippe. Cadenas musculares y articulares. Concepto GDS. Fascículo No.1 Nociones de base” . 2001, Ed. ICT GDS

Le Boulch, Jean. 1971 “Hacia una Ciencia del Movimiento Humano” 1992, Paidos. Barcelona

Umphred, Darcy Ann 1985. “Neurological Rehabilitation”. 2001. Mosby. St. Louis.

BIBLIOGRAFIA DE APOYO

Da Fonseca, Víctor. 1988 “Ontogénesis de la motricidad” G Núñez, España

Wallon H. 1974 “LA evolucion psicologica del niño” Grijalva, Barcelona